Todos los modelos de niño y niña están
clonados de los diseños para adultos. Esto ocurre desde prácticamente los
primeros meses, adaptando y respetando en lo posible que la confección sea al
menos lo suficientemente práctica para que se sientan cómodos. Sin embargo,
poco tiempo les dura lucir una prenda, un conjunto o los zapatos porque en poco
tiempo hay que recurrir a más talla.
Sin embargo, los padres disfrutan tanto como
los niños o más en adquirir lo que necesitan. Y lo hacen entre los catálogos a
la venta de cada temporada. Son dos por temporada para niño y niña, y hasta los
16 años que va la edad oficial para marcar el límite de lo que se considera moda
infantil, podemos encontrar todo un fondo de armario ilimitado. Sobre todo
para las niñas, que por la razón de contar con el doble o el triple de prendas
porque los pantalones son cosa de niñas también, el caso es que todas las
tendencias y estilos tienen su réplica en la moda de ropa y calzado para los
más pequeños.
Desde los abrigos y chaquetas para invierno
hasta las miles de prendas basadas en camisetas, shorts y vestidos en el caso
de las niñas para primavera y verano, el repertorio que cada año consume un
niño en edad de crecimiento es claramente el equivalente a varios armarios
repletos de ropa y calzado.
Tules, lentejuelas, pelo largo o corto
sintético y encajes, ya no son un mundo exclusivamente reservado a la moda de
adultos, sino que más bien se utiliza en las prendas infantiles femeninas para
aumentar el encanto y apuntar tendencias.
Lo vemos cada año en los dos catálogos
que ocupan la moda en sus versiones primavera-verano y otoño-invierno. Por
extensión en número de referencias, cabe pensar que el primero es más amplio
pero va muy a la par con el segundo porque las prendas de abrigo invernales
protagonizan buena parte de las compras de los consumidores.
Y gracias a los uniformes del colegio,
una división un tanto especializada dentro de este sector de confección hasta
los 16 años, no representa tanto una pesadilla para los padres en tanto en
cuanto les libera de adquirir grandes cantidades. Pero dejando al margen esta
exigencia escolar para vestirse, el resto de las prendas para niños ocupan una
gran preocupación, pero también enorme interés y adhesión, entre los mayores
que visten a sus hijos.
Moda infantil también para los bebés, unas prendas que apenas si duran
unos días sobre sus recién nacidos modelos y que requieren constantemente de
atenciones en materia de protección y vestuario específico.
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